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Texto del libro EROGINA / De la lucha interna del artista a la mirada del otro

Algunos artistas no se conforman con la larga lucha con sus demonios interiores, sino que suman a esa lucha la exposición de aquellos una vez vencidos. Sabemos que al acabar con uno de estos seres convertidos en pulsiones, otros se reproducen en cada mirada al espacio en blanco de la tela o el boceto.

Ender Rodríguez es uno de esos creadores. Su obra se muestra cromáticamente saturada y sobre escrita con una densidad sígnica siempre cargada de ironía. Esa ha sido su constante desde disciplinas que ha logrado hibridar como el performance, la pintura o la fotografía para así, darle respuestas a su momento histórico.

Rodríguez utiliza la apropiación para cuestionar la belleza y sobre ella escribe, raya, mancha y dibuja hasta que esas pulsiones terminen drenadas en salpicaduras de nuevos signos que le permiten construir otros textos visuales para asaltarnos la mirada siempre desde la transgresión. Este artista entonces no es un advenedizo que alguien pueda ver como quien experimenta sin rumbo; por el contrario, es consecuente con sus investigaciones que materializa y desborda de manera genuina, sin mascaras ni antifaces que solapen su fealdad. Luego, la visión de Ender no es una visión edulcorada para congraciarse con el observador, sino una desnudez de su propio mundo interior.

Wilson Prada (Crítico, Fotógrafo, Docente e Investigador). Juan Griego, Venezuela, Noviembre de 2017.